Una segunda oportunidad laboral para exprivados de libertad
Desde hace varios años el tema de las cárceles ha sido uno de los temas que más me han apasionado, no solo porque tiendo a que me atraigan los temas de los más postergados, si no porque este en particular es uno en el que muy pocas personas quieren involucrarse por el fuerte estigma que trae consigo.
Hace unos 9 años, me dirigía a la universidad una soleada tarde de cualquier día de la semana. Mientras esperaba el autobús, un joven se acercó a mi, pude distinguir una lagrima tatuada en su rostro, lo que significaba que muy posiblemente había asesinado a una persona, pensé que mi suerte no sería muy buena ese día.
Cuando finalmente estaba frente a mi me preguntó si yo visitaba la cárcel de San Pedro Sula, a lo cuál respondí que sí, luego dijo: “Es que venía a asaltarla pero recordé que usted visitaba la cárcel y siempre nos pasaba saludando”. En ese momento tuve alivio, pero a la vez incertidumbre por él.
Me dijo que estaba robando porque tenía hambre y por su antecedente penal no conseguía trabajo. Le di algo de dinero para que pudiera comprar algo de comida y pudiera ir a buscar trabajo desarrollando cualquier actividad pero que no lo pusiera en peligro de volver a la cárcel.
Esta experiencia me ha acompañado a lo largo de los años y me demostró que quienes salen de la cárcel en la mayoría de las ocasiones lo que quieren es trabajar por sus familias, y para no volver al infierno que son las cárceles, sin embargo esto no siempre es posible por las barreras burocráticas, morales y de estigma que hay actualmente.
Esto puede cambiar pero se necesitan reformar tres aspectos: la apertura de la empresa privada a dar segundas oportunidades, que hayan estímulos fiscales para que estas vean atractivo hacer esta apertura, pero por sobre todo, que la sociedad cambie su discurso de doble moral, y sea en realidad abierta a la re-inserción a la vida económica de las personas que quieren volver a empezar.
Estados Unidos está liderando desde hace varios años este tema en la región, la campaña de la reforma judicial y la sensibilización de la importancia de una segunda oportunidad laboral para ex-privados de libertad ha alcanzado a personalidades tan influyentes como Kim Karsashian y unido a extremos políticos en ese país.
Abramos las oportunidades laborales para quienes quieren volver a empezar porque no hay mejor para demostrarles que creemos en ellos que brindándoles un empleo.
Written by Elena Toledo
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