Los mercados abiertos salvan vidas: ¡Abran el acceso a las vacunas!
Este mes de marzo se cumple 1 año que la propagación del COVID-19 fuera denominada como pandemia y el mundo entero entrara en una de las etapas más difíciles y dolorosas de la historia reciente, sin embargo, la ciencia con ejemplar rigurosidad no ha descansado día y noche por traer a nosotros la vacuna que prevendrá que miles de vidas se sigan perdiendo, que las economías sigan en caída y la vida en general pueda recuperarse.
Pero, con la llegada de la vacuna desde diferentes casas farmaceuticas, también llegaron las complicaciones burocráticas de los gobiernos entre ellas las autorizaciones de las agencias sanitarias, almacenajes, compras. Toda esta burocracia hace parecer que el final de la pandemia se aleja cada vez más, pero el acelerar la solución es más fácil de lo que parece: ¡Abran el mercado!
Y es que esta situación en Honduras ya la habíamos vivido a inicios de la pandemia con las pruebas para detectar el COVID-19, mismas que comenzaron siendo aplicadas única y exclusivamente por el sector público de salud, con un sistema ya de por si colapsado, en el que había que esperar hasta 14 días por el resultado.
Pero el acceso mejoró cuando se abrió la posibilidad de que privados también pudieran aplicar la prueba con lo que se le quitó presión al sistema de salud público, llegaron diferentes tipos de prueba según que se adaptaban a necesidad de la persona, los precios bajaron al haber más oferta y competencia, y al día de hoy las pruebas en el sector privado son de acceso inmediato, con diferentes tiempos de entrega, y esta apertura al acceso ha salvado muchas vidas al poder tener un diagnóstivo correcto en tiempo y forma para ser tratados de ser necesario.
Ya lo vivimos, ya debemos haber aprendido la lección e implementarla con las vacunas. El Estado no debería tener el monopolio de su compra y distribución, se debe abrir a que privados también puedan participar y así ampliar la cobertura de forma rápida.
Es muy importante destacar que aunque se abra la posibilidad a la importación privada de vacunas, el Estado debe continuar haciendo esfuerzos por atraer los mecanismos que pueda al menor costo posible para garantizar la vacunación delpersonal médico de primera línea, así como a personas de escasos recursos económicos.
El gobierno de Honduras confió que el sistema COVAX proveído por la Organización de Naciones Unidas (ONU) iba a ser efectivo, sin embargo hay antecedentes claros, previos a la pandemia, de que la ONU no ha sido eficiente en la distribución suministros.
Lo anteriormente mencionado es un buen ejemplo para probar que tener una sola vía de suministro no es la solución, al contrario, puede ser totalmente contraproducente en la lucha contra el COVID-19, y en cientos de temas más.
No debemos caer nuevamente en una dicotomía perversa de lo privado o lo público, satanizando a uno u otro sector, cuando en realidad solo hay una postura y es la que prima por sobre cualquier otra: ¡Salvar vidas humanas!, pero para ello lo público y lo privado deben ser aliados para poder lograrlo a la brevedad posible, con mecanismos claros y facilitados.
Los mercados abiertos salvan vidas: ¡Abran el acceso a las vacunas!
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Written by Redacción Eléutera
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