La Mentalidad del Emprendedor

Avatar Redaccion | October 1, 2014 114 Views 0 Likes 0 Ratings

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La carrera de Mercadotecnia & Negocios de UNITEC-SPS me invitó a disertar sobre las oportunidad de negocios en Honduras para el foro “Honduras en el Comercio Internacional”, donde compartí el podio con economistas y empresarios que fueron invitados al evento. La invitación me cayó de sorpresa el día antes mientras me encontraba en Tegucigalpa.  Como de costumbre, para oportunidades así cambio mi agenda con gusto, y pude regresar justo a tiempo a San Pedro Sula para el evento. Sobre el tema que me pidieron, me pareció que no le ayudaría a los jóvenes que me escucharían por dos razones: 1) si alguien quiere que le digan donde hay oportunidad de negocio, pues no tiene madera para ser emprendedor, y 2) si tiene madera para ésto, el chiste es encontrar la oportunidad para que te mantenga luchando por la idea de cambiar o mejorar algo que ya se hace. Es por esto que decidí hablar sobre el rol del emprendedor en la sociedad y la mentalidad que estos deben tener para poder alcanzar el éxito empresarial.

Igual que al lector de esta columna, los presentes en la plática necesitaban tener una base de los orígenes de la palabra emprendedor.
A pesar de ser utilizado por primera vez en 1723 por el economista Richard Cantillon, el término “emprendedor”, se le atribuye generalmente al economista francés Jean Baptiste Say, específicamente por su trabajo en discutir y explicar el rol crucial que juega el emprendedor en la sociedad al crear nueva riqueza, moviendo libremente recursos existentes hacia sectores más productivos, para tener el premio de utilidades por poner a trabajar su ingenio.

Say, cuya fotografía cuelga orgullosamente en las paredes de la Fundación Eléutera, decía que los emprendedores eran personas que buscan oportunidades de lucro, y que al hacerlo, llegan a crear nuevos mercados y más oportunidades. Irrumpiendo constantemente el balance cero creado por industrias llenas de competencia, los emprendedores previenen la formación de monopolios (siempre y cuando no lo prohíban los políticos con leyes proteccionistas) al crear una diversidad de productos que últimamente colocan al consumidor como el eje rector de la economía.  Cuándo al consumidor se le permite  jugar este rol, el mismo empresario está obligado a entregar los servicios y productos que sus clientes quieren, por que si no lo hacen, esos posibles clientes comprarán en otro lugar, o simplemente decidirán no comprar ese servicio o producto.

Para llegar a ser un emprendedor exitoso, es necesario comprender dos términos que deben de estar siempre presentes en la mente del emprendedor: Comportamiento Disruptivo y Destrucción Creativa.

Joseph Schumpeter, un destacado economista austro-americano y profesor de la Universidad de Harvard desde 1932 hasta su muerte en 1950, argumentaba que la innovación y el cambio tecnologico de una nación venía de los emprendedores o los espíritus salvajes. Schumpeter acuñó la palabra Unternehmergeist, alemán para “espíritu emprendedor” afirmando que “el hacer cosas nuevas o el hacer cosas que ya se estan haciendo pero en una nueva manera” es el resultado directo de los esfuerzos del emprendedor. Esto es precisamente lo que podemos definir como un comportamiento disruptivo.  Como ejemplos hoy tenemos a las compañía Uber, Khan Academy y Bitcoin, ya que estas no inventaron ningún producto nuevo, sino que ofrecen servicios de transporte, educacion y transacciones financieras respectivamente, en una manera innovadora y diferente.  Y en su tiempo fueron así también, el internet para la imprenta, el Playstation para Sony (la misma empresa que lo produce), el celular móvil para la la telefonía fija y la banca de los Medici en Florencia a finales del Siglo XIV.

Este comportamiento, argumenta Schumpeter, lleva a un proceso de innovación que culmina en lo que él denominó como destrucción creativa, ya que las innovaciones hacen que las ideas, habilidades, tecnologías y equipos que están en uso, se vuelvan obsoletos. No se trata sobre cómo el status quo administra las estructuras existentes, sino sobre como este las crea y las destruye. Esta destrucción creativa, decía Schumpeter, genera un progreso continuo y mejora los estándares de vida de toda la sociedad, y como en la teoría de la evolución de Darwin, dejándolo libre, sólo lo fuerte y necesario sobrevive el tiempo.


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