Honduras: El silencioso éxodo de los menores no acompañados

Avatar Elena Toledo | February 4, 2021 1406 Views 6 Likes 4.3 On 10 Ratings

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El fenómeno migratorio en Honduras ha ido en incremento en los últimos años, y es que según datos de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO), en 1990 se estimaba que el 3% de la población de Honduras vivía en el extranjero, este porcentaje equivalía en ese entonces a 156,000 hondureños.

Para el año 2000 este dato incrementó a 340,000, sin embargo el número se triplicó entre 2019 y 2020, ya que prácticamente hay cerca de 1 millón de hondureños viviendo lejos del país, representando a casi el 9% de la población total hondureña.

Esto, hasta llegar al pasado 15 de enero una denominada “Caravana migrante” salió de Honduras teniendo como destino final Estados Unidos, se estima que era compuesta por alrededor de 8,500 personas, siendo la más numerosa desde que este mecanismo de emigración se estableció en el año 2018.

Menores no acompañados en cifras

Estos flujos han ido variando en su composición, comenzaron siendo principalmente compuestos por hombres, luego se unieron mujeres hasta que también se integraron niños y adolescentes.

Los menores no acompañados son un grupo de emigrantes que debería ser de especial atención en Honduras, ya que según los datos de la Dirección de Niñez, Adolescencia y Familia (DINAF), entre 2014 y 2020 se registró un total de 76,635 atenciones multidisciplinarias a niños y niñas migrantes. Siendo los departamentos en Honduras con mayor expulsión de niñez migrante Cortés y Francisco Morazán.

En el año 2020 el total de registros de la DINAF fue de 4,797 menores de edad migrantes, de los cuales 2,107 no eran acompañados por un adulto, representando el 46% del total de menores retornados en el año mencionado.

En el 2021 la situación no parece ser mejor, y es que de la más reciente caravana migrante, un total de 167 menores habían sido retornados hasta el 23 de enero, de los cuales 150 viajaban solos.

Estas cifras coinciden con las reveladas por la Organización de Naciones Unidas (ONU) la que indica que sus agencias atendieron a más de 100 niños que desertaron de la caravana en mención, de los cuales el 80% viajaban solos.

Ante esta situación las autoridades de la DINAF han advertido de los peligros a los que se enfrentan los niños y niñas al salir del territorio nacional sin documentos y en tiempos de la COVID-19.

¿Causas?

Habrían 3 factores que podrían estar influyendo en gran medida en el incremento sostenido de la emigración de menores no acompañados. Y es que las edades entre 10 y 17 años son especialmente apetecidas por los grupos de maras y pandillas para reclutar menores en las zonas donde tienen presencia.

Lo anterior con el fin de asignarles labores de “banderas” que son los grupos que “patrullan” la zona liderada por el grupo antisocial, cobro de extorsión, distribución de droga, entre otras labores que al ser aprehendidos por las autoridades no tienen mayor penalización por ser menores de edad. Estos reclutamiento se llevan a cabo de forma voluntaria o forzada, y si son por la segunda vía no solo es amenazado el menor, sino y por sobre todo, la familia de este.

El segundo factor que empuja a esta población a abandonar el país, teniendo especial relevancia en el año 2020 debido a la pandemia por el COVID-19, es la deserción escolar, ya que según un informe de las Organizaciones de Sociedad Civil de la Mesa de Educación, de 2 millones de estudiantes que conforman el sistema de educación pública, se confirmó la deserción de 1.1 millón de niños, niñas y jóvenes. 

Lo anterior debido a la falta de recursos económicos y tecnológicos para atender sus deberes académicos, lo cual sumado al desempleo de los padres o tutores, habría impulsado a los menores a buscar otros horizontes en Estados Unidos.

Por último, el tercer factor, y a la vez uno de los más determinantes, es la reunificación con la familia ya radicada en Estados Unidos, y es que según la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), el 82% de los emigrantes del Norte de Centroamérica tienen familiares en Estados Unidos y son estas redes de familiares factores sostenedores de la migración.

Estos tres factores tienen como denominador común el anhelo por buscar un destino en donde poder encontrar bienestar financiero y de seguridad individual y familiar, y es aquí donde encaja el dato revelado por autoridades de la DINAF Regional Occidente quienes han detectado que los últimos menores de edad retornados producto de la migración irregular informan que salieron del país con falsas promesas de empleo.

Peligros

El corredor migratorio entre Honduras y Estados Unidos está lleno de adversidades, y una de las mas latentes es la trata de personas, ya que según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), entre el 10 y 12 por ciento de las personas migrantes reportados como desaparecidos durante su trayecto hacia Estados Unidos, son niñas y niños menores de 12 años, y puntualmente de Honduras hasta abril del 2020 de 499 reportados como desaparecidos, 59 son niños y niñas.

La información engañosa y con falsas promesas de un viaje irregular hacia Estados Unidos sin complicaciones son algunos de los mecanismos que hacen atractivo este mecanismo de migración, sin embargo también son estrategias que utilizan grupos criminales para el tráfico ilícito de migrantes, y la trata de personas.

¿Una generación perdida?

Es muy importante que las autoridades locales y centrales tomen consciencia de este fenómeno ya que gran parte de la expulsión de estos menores de edad se está dando por la inseguridad e ingobernabilidad que se vive en zonas postergadas de las principales ciudades de Honduras, así como de zonas rurales con muy pocas oportunidades de desarrollo.

La emigración no es una causa, es un efecto de muchas situaciones que han colapsado en nuestro país, y debería ser suficiente alarma que a tan corta edad los hondureños ya sientan un casi desprecio a su país alimentado por la desesperanza y la única solución que vean a su problemática sea irse ya que por generaciones no han sentido que haya un respaldo real a su situación.

Aunque este documento se encuentre basado en datos, es muy importante que estos datos sean un norte para tomar desiciones, y no para deshumanizar la crisis.


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Written by Elena Toledo