El Librero: La insoportable levedad del ser

Avatar Elena Toledo | August 8, 2018 214 Views 0 Likes 0 Ratings

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Siempre he creído que hay que tener una edad emocional determinada para poder comprender y disfrutar ciertos libros o ciertos autores. Por ejemplo, se necesita ser mayor de veinticinco años para poder gozar a Paul Auster y su universo literario lleno de coincidencias y situaciones inverosímiles que si se es más joven no terminan de calar en el ánimo del lector.

En cambio a García Márquez se lo puede leer desde los últimos años de la adolescencia sin problema. Me pasa que a Milán Kundera lo conocí (y digo conocí porque para mí los autores dejan mucho de su personalidad en lo que escriben y al leerlos es como estar hablando con ellos) con treinta años cumplidos.

Obviamente cuando finalmente decides darle la oportunidad al autor que por años has visto de reojo y que nunca te ha llamado la atención lo haces con su libro más significativo, el que lo lanzó a la fama. Y ese es el caso con La insoportable levedad del ser.

Al momento de leerlo me di cuenta que no era un libro para alguien joven, y por joven me refiero a alguien todavía en la levedad de los veinte años y que no tiene idea de lo que se viene adelante en los treinta pues el tema que toca es sumamente profundo y no cualquiera se puede sentir relacionado con el mismo.

A mí me tocó hondo pues al igual que Tomás siempre he querido vivir una vida de simplezas en la que no se me demande nada y en el que nadie pueda depender de mí, pero al mismo tiempo entiendo a Teresa y sus aflicciones pues es una mujer presa de su sentido de posesión, y a Tomás no se lo puede amar siendo víctima de los celos pues él es un alma libre y como tal actúa y se mueve por el mundo.

El gran dilema recae en que en determinado momento para poder estar juntos uno de los dos tiene que sacrificar lo más importante: aquello que da identidad a su ser.

Y todo cambia porque al fin y al cabo sacrifican todo en beneficio de nada pues las cosas dentro de su mundo interior siguen la misma tónica: él con su necesidad casi patológica por encontrarse a sí mismo en otras mujeres y ella con el hueco en la boca del estómago causado por el olor del sexo de esas mujeres impregnado en el cabello de Tomás única parte del cuerpo que no se lava después de esos encuentros ocasionales, dejándole la sensación de que no importa lo que hago o diga, él no cambiará nunca su rutina y las ganas de llenar los espacios vacios que ella no puede ocupar y ella, a pesar de todo, no dejará de amarlo con la frustración que deja no poder llenar espacios en blanco.


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Written by Elena Toledo