El Librero: La caza del carnero salvaje
Tengo meses queriendo hablar de Haruki Murakami y de su universo surrealista y cuasi mágico. Con La caza del carnero salvaje el autor marca un antes y a la vez un final en su carrera. El final viene de ser la tercera parte de una trilogía casi desconocida llamada La trilogía de El Rata (personaje que es el epicentro de la vida de nuestro protagonista) conformada por sus dos primeras obras: Escucha la canción del viento y Pinball 1973.
En cuánto al inicio, qué se puede decir. En esta historia nos encontramos con sucesos extraños (como se hará habitual en toda la obra del autor a partir de este tercer volumen de su carrera) que como lectores no nos lo parecen tanto pues mucho sabemos ya sobre Realismo Mágico y de sus principales exponentes que han servido no de inspiración pero sí de referencia para alguien que se mueve como pez en el agua cuando se trata de narrar enredos que suceden en mundos paralelos o paisajes dejados de la mano de dios donde los fantasmas adoptan formas familiares y juegan al despiste.
Recomendaría la lectura de las primeras dos novelas de la trilogía para darle más valor emocional y coherencia línea a la historia de los personajes que mueven la narración (un Rata que tiene años desaparecido y que sólo se ha comunicado una vez en muchos años a través de una carta de importancia capital y a la vez de lectura ambigua y confusa) aunque no se puede decir que se vayan a perder en la confusión del contenido de lo que se narra si se decide omitir el consejo.
Murakami es un autor que sabe atrapar, no desde el vértigo causado por la emoción de una escena trepidante, sino desde la curiosidad inocente de alguien que aburrido en la sala de su casa comienza a cambiar los canales del televisor y se detiene justo en la escena de una pareja que está teniendo una conversación trascendental aunque ellos no lo sepan y una vez atrapado en el diálogo ya no te puedes mover porque quieres saber qué sigue y que sigue hasta que llegas al final de la película con la sensación de que la tarde ha valido la pena y lo que pintaba como un día soberanamente aburrido terminó convirtiéndose en una experiencia rica en matices.
Yo siempre he sido un lector que ama los diálogos por encima de la acción y Haruki Murakami es, en opinión de este servidor, el mejor dialoguista de la literatura contemporánea y el autor con el que es más fácil identificarse por el dibujo de sus personajes frágiles y llenos de dudas, personajes que en ocasiones no tienen más salida que jugar con las cartas que les han tocado o a ser meros títeres del destino o de terceros que guardan una agenda un poco siniestra como es el caso de este La caza del carnero salvaje donde nuestro protagonista sin nombre tiene que jugar a un juego que desconoce de acuerdo a los deseos y apuestas de otras personas que están dispuestas a destruir su vida como si de algo intrascendente se tratará.
En los libros de Murakami las mujeres son entes especiales y poderosos (otro detalle por lo que disfruto mucho sus historias) y pueden ser hermosas veinteañeras con las orejas más bellas del mundo o masajistas capaces de matar a un hombre con una aguja de acupuntura. Se puede decir que Haruki Murakami es el autor que mejor sabe interpretar la intensa y especial complejidad de la mujer y ya sólo por eso merece la pena darle una oportunidad.
*Libro disponible en Guacamaya’s BookStore
Written by Elena Toledo