La intimidación como arma de protesta
“¡Fuera de la clase! Nos estamos tomando la universidad” fueron las palabras de los dirigentes estudiantiles, mientras irrumpían las aulas, gritando con megáfonos y amedrentando a los estudiantes para que formaran parte de la asamblea que habían convocado para legitimar su huelga.
Si algo caracterizó esta toma universitaria, fue la agresividad en contra de los alumnos que sí deseaban ir a clases. José Ortega, estudiante de medicina de la UNAH-VS, abrió el grupo“Queremos ir a clases UNAH-VS” en Facebook, y empezó a coordinar la realización de una marcha para exigir que los dejaran ir a clases.
Pero tras platicar con el resto de los estudiantes, tanto José como mi persona, nos dimos cuenta de que eran muy pocos las que estaban dispuestos a manifestar su oposición por miedo a ser agredidos tanto física como verbalmente, como ha sucedido anteriormente. Además de insultos y burlas, Ortega también había recibido llamadas con advertencias e intimidaciones, exigiéndole que desistiera de su campaña en Facebook y la marcha que estaba convocando.
Sobre la toma universitaria, Ortega comentó: “La universidad se cae a pedazos, es una realidad. Tiene problemas administrativos, sus edificios están en mal estado, hay nuevos cobros e incluso no hay seguridad para el estudiante. Evidentemente esta luchas es de todos los estudiantes y no solamente de unos cuantos, pero hay muchas más formas de luchar […] ¿se imaginan si todos los estudiantes que tuvieran acceso a una cámara bombardearan los medios con imágenes? Seriamos escuchados sin duda”.
“Hago un llamado a la reflexión a los estudiantes que se han tomado la universidad. No nos nieguen a nosotros y a ustedes mismos lo único que nos vamos a llevar de la universidad, la educación,” pidió Ortega.
Finalizado este episodio, queda la preocupación sobre si el uso de la violencia y la intimidación seguirán siendo la norma en las protestas estudiantiles de la universidad pública, y si el resto de los estudiantes logrará organizarse para oponerse a este tipo de acciones en el futuro y defender su derecho de asistir a clases.
Este artículo fue publicado originalmente el 30 de octubre, 2014 en el Panampost Jorge Colindres es analista legal de la Fundación Eléutera